Giving the note (dando la nota)

Al igual que el chorro siempre cae sobre la cuchara y te pone perdido de agua, un espannol tiene que poner su puntillita alla donde vaya.
El pasado viernes era la despedida de Hung, un chico de la empresa que si bien no conociamos mucho y habla mas bien menos. No sabiamos ni a que se dedicaba dentro de la empresa, ni siquiera de donde es, cosa que en una empresa pequenna como esta es dificil. Eso no era impedimento para la armada invencible: la despedida era en un bar de Karaoke, habia alcohol, nos escapariamos unas horas antes de trabajar y probablemente Hung invitaria a rondas, asi que teniamos que asistir por imperativo moral.
Asi fue.Antes de acabar de decir cuartodelibraconqueso nos plantamos en el lugar de la despedida. El lugar elegido era un bar de carretera, de ambientacion algo country podiamos decir. Nada mas entrar pense que se iba a levantar de un momento a otro una banda de moteros de un momento a otro y rompernos una silla en la espalda... creo que he visto demasiados peliculas.
Como es de recibo, pedimos nuestra cerveza antes de saludar a todos los de la empresa. Alli estaba Hung y compannia, bebiendo. Hung seguia sin hablar pero el tio estaba descojonado, probablemente por las coronas. Todo esto era entretenido pero faltaba accion.
Como hemos dicho era un karaoke, y no hace falta decir que la mundialmente conocida formula Karaoke+Alcohol suele ser exitosa. Pues bien, parece que aqui no se rigen por las leyes de la termodinamica.
Habia que hacer algo, asi que nos tuvimos que poner manos a la obra los herederos del Landismo. Despues de amenizar al respetable con una version de la bamba, habia que tocar techo: cantar un pasodoble. La eleccion fue bien facil: "Que Viva Espanna" (jodidos teclados americanos). Entre una mezcla de estupor y agrado arrancamos un sonoro aplauso al publico, desde la camarera hasta el ultimo Vigilante de la Barra. Tanto gusto la interpretacion, que despues una caimana quiso recompensarme con una actuacion subidita en plan femme fatal ante todos mis companneros, pero no acepte esa forma de pago: hubiera preferido unas cervecitas.

Como no me parecio bastante dar la nota, quise dar un broche de oro a la noche, por lo que me puse guitarra en mano a tocar un tributo a Jimi Hendrix con los olvidados: un grupo de personas que apenas le queda su guitarra y unas latas de cerveza en bolsas de papel. Lo mas duro no fue verlos desvariando debido al alcohol, lo mas duro fue enterarme que alguno trabajo en HP durante 20 annos.

La noche prosiguio y volvi a incorporarme con Hung y compannia. Unos shots (chupitos) por aqui, unas cervecitas por alla, Hung que seguia sin hablar pero cada vez mas perjudicado... Lo demas es historia.

pd: si, al final hubo momento mueble (algunos ya sabeis lo que me refiero).